Ewilan 01 - Ewilan by Pierre Bottero

Ewilan 01 - Ewilan by Pierre Bottero

autor:Pierre Bottero
La lengua: spa
Format: mobi
Tags: Juvenil, Fantasía
ISBN: 9788467221794
editor: Círculo de lectores
publicado: 0100-12-31T23:00:00+00:00


El sol estaba alto en el cielo cuando Edwin anunció un alto en el camino. Acababan de superar una serie de colinas bajas de vegetación escasa. Hacía calor y su guía había elegido un lugar a la sombra de un arrecife rocoso, muy cerca de un estanque.

Camille seguía inmóvil.

Hans y Maniel se abastecieron hasta satisfacerse y, despues de apostarse en los accesos al campo, soltaron de forma alternada un largo silbido. Edwin pudo relajarse entonces y se acercó a Duom.

—Lástima de mis alarmas —le explicó—. Se estropearon durante mi combate contra los ts'liches y temo no volver a encontrar nunca unas parecidas. ¿Cómo está Camille?

—Está bien —afirmó Duom—. Empieza a reaccionar a los sonidos. Creo que dentro de una hora ya habrá salido del trance.

—¿Ha sido demasiado duro el trayecto?

—Estoy algo molido por la falta de ejercicio, pero lo superaré. Lo más difícil ha sido impedir que este muchacho saltara de aquí para allá y obligarle a hablar en voz baja.

Edwin sonrió y simuló que le pegaba un puñetazo a Salim.

—¿Qué me dices de un baño? El agua debe de estar deliciosa.

—¡Genial! —exclamó Salim, saltando al suelo.

Hizo una voltereta y la empalmó con un salto sobre las manos antes de volverse hacia Bjorn.

—¿Vienes?

El caballero lanzó una mirada hacia Edwin, que asintió con la cabeza.

—Encantado. Me estoy asando con esta armadura.

Los dos hombres y el muchacho se acercaron al lago. El agua era clara, poco profunda y con el fondo cubierto por una arena casi blanca.

Bjorn se desembarazó con un suspiro de alivio de las distintas piezas de su coraza, pidiendo en ocasiones la ayuda de Salim,, que se la concedió gustosamente. A continuación, él se quitó su túnica y su pantalón y se quedó con sólo unos calzones.

El caballero era un auténtico coloso, cuadrado como un lunario de espejo. Salim sonrió al ver su vientre redondo.

—¿De qué te ríes tú, atontado? —rugió Bjorn.

—De nada, su señoría —se burló el chico—, admiro sus músculos. Sobre todo este de aquí —continuó, dándole palmadilas en el vientre—. En mi mundo, lo llaman el músculo del lúpulo.

Bjorn frunció el cejo.

—¿Del lúpulo? ¿Por qué?

—¡Porque con el lúpulo se hace la cerveza, y con la cerveza se hacen estas chichas! —replicó Salim, muriéndose de la risa.

Pero había subestimado la rapidez del caballero; de pronto se encontró atrapado entre dos manos, grandes como palas, que lo estaban alzando. Lanzó un grito de espanto, medio fingido y medio en serio.

—Edwin Til' Ulan —preguntó Bjorn—, ¿qué procedimiento me aconseja para enseñarle buenos modales a este jovencito impertinente?

Edwin echó un vistazo al gigante, que, con los brazos en alto, sostenía a Salim por encima de su cabeza.

—Un baño —respondió, lacónico.

—¡¡No!! —chilló Salim.

Pero ya estaba volando por los aires.

Cayó como una bomba en medio del estanque salpicando a diestro y siniestro y salió a la superficie tosiendo, vomitando un torrente de imprecaciones.

Bjorn se precipitó sobre él y Salim se sintió levantar de nuevo. Gritó:

—¡Perdona, Bjorn, perdona!

El caballero se volvió hacia Edwin, que estaba entrando en el agua.

—¡Creo que este canalla ya lo ha entendido!

A diferencia de Bjorn, el maestro de armas no tenía ni un gramo de grasa.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.